La podología en general tiene como objetivo tratar a nivel médico todas las afecciones que se originan en el pie y en el tobillo.
Los pies es una de las zonas más sensibles y delicadas del cuerpo humano, y esto la mayoría de las personas no lo saben, es por eso que no está de más visitar a un podólogo con cierta regularidad, para que asegure que todo está marchando bien con nuestros pies.
Consiste en la eliminación de hiperqueratosis y helomas (durezas y callos), además del corte y fresado de las uñas.
Es muy diferente la práctica de pedicura y quiropodia. La principal diferencia es la finalidad de cada una de las prácticas. La pedicura se aplica con fines netamente estéticos, mientras que la quiropodia se practica a nivel de tratamiento médico, por supuesto, una vez que se realiza, se alcanza un nivel estético importante.
Básicamente el trabajo de la quiropodia es alertar, prevenir y curar cualquier afección que tenga que ver con el estado general del pie, mientras que la pedicura solamente se trata de arreglar las uñas para que se vean bien cuando las mostremos.
Es una de las afecciones más comunes en el pie.
Consiste en la aparición de enrojecimiento, dolor e inflamación en la zona lateral del dedo afectado debido al crecimiento anormal de la uña.
Para eliminar esta uña, que tan molesta puede llegar a ser, lo lógico es asistir a un podólogo, que es el profesional sanitario especializado para ello.
Es importante que está afección sea tratada con la mayor brevedad posible para así evitar complicaciones como la infección.
Comunmente conocidas como papilomas.
Las verrugas son lesiones causadas por el virus del papiloma humano y aparecen sobre todo en la edad infantil.
Pese a que existen múltiples tipos del papiloma humano, son pocos los que originan verrugas en el pie.
Caminar descalzo en piscinas y gimnasios, un exceso de sudoración en los pies o una bajada de defensas pueden ser factores desencadenantes de la infección.
Son infecciones causadas por hongos que se dan a nivel ungueal y dérmico.
Cuando afectan a las uñas (onicomicosis), la coloración torna amarillenta, pueden engrosarse o volverse frágiles.
En el caso de que aparezcan en la piel (dermatomicosis o pie de atleta), los principales síntomas son picor, descamación y fisuras.
Ambas infecciones deben ser evaluadas por un podólogo, que mediante diferentes técnicas terapéuticas elegirá el tratamiento más adecuado para cada caso.
