El pie diabético aparece con frecuencia en personas con diabetes, enfermedad que se desarrolla cuando el páncreas no produce suficiente insulina o el organismo no la utiliza de forma eficaz.
En el caso específico de los pies, el padecimiento es producto de niveles inadecuados de glucosa en sangre, provocando daños en los vasos y nervios, lo que suele traer complicaciones a mediano y largo plazo.
La diabetes es una enfermedad preocupante y que necesita de asistencia médica inmediata porque la disminución de la sensibilidad y la mala circulación de sangre pueden derivar en la aparición de una úlcera, principal causa de amputación en el pie.
Por esta razón, es pertinente conocer los principales síntomas, el tratamiento que se debe hacer y cómo se puede evitar.
Como sucede con la gran mayoría de las enfermedades, es indispensable actuar a tiempo para poder llevar a cabo un tratamiento exitoso.
El primer indicio de que podemos estar padeciendo de pie diabético, es que sintamos hormigueos y calambres de forma regular.
La disminución de la sensibilidad en la zona, o incluso la desaparición de todo el sentir, es otro de los síntomas de la enfermedad.
Si la diabetes está avanzada, es muy probable que aparezcan úlceras en la piel del pie, siendo el indicio más grave.
Cabe destacar que los síntomas, no se presentan siempre de la misma forma en todas las personas que padecen esta enfermedad.
Puede que directamente perdamos la sensibilidad o que, en los casos que avanzan rápidamente, nos topemos con úlceras en los pies.
Las úlceras pueden aparecer en cualquier parte del pie, tanto en la planta como en el dorso, aunque todas tienen una característica en común y es que se localizan en una zona de sobrecarga.
Repetimos, ganar tiempo en estos casos es fundamental, por lo tanto, al primer síntoma tienes que dirigirte al podólogo.
Afortunadamente, hay varias acciones que puedes llevar a cabo para evitar la aparición de esta enfermedad que compromete a los pies.
En primer lugar, por supuesto que una de las medidas más importantes, es el control riguroso de la glucosa.
Por otra parte, mantener los pies limpios, secos y suaves es fundamental. La recomendación es que lavemos los pies diariamente con jabón neutro y posteriormente apliquemos una crema hidratante con urea.
El secado también es un aspecto clave, especialmente entre los dedos. En esta zona, el consejo es hacerlo suave y sin frotar.
A su vez, inspeccionar diariamente la zona también es importante, ya que la aparición de ampollas y heridas en algunos casos, es el primer indicio de que algo no anda bien.
También es necesario prestar especial atención al cuidado de los pies. Un consejo es que nunca uses calzado sin calcetines.
Otra de las medidas que debemos tener durante el verano, es el uso de protectores solares para evitar quemaduras.
Por último, los especialistas recomendamos hacer ejercicio físico (caminar o trotar) para fortalecer la zona.